Las Matemáticas en la vida cotidiana

 

¿Por qué son importantes las matemáticas?

Todos usamos las matemáticas en la vida diaria, nos demos cuenta o no. Si te fijas lo suficiente, verás que las matemáticas emergen de los lugares más improbables. La matemática son el lenguaje universal de nuestro entorno, ayudando a la humanidad a explicar y crear. Desde los juegos hasta la música, las matemáticas son muy importantes para ayudar a los estudiantes a incrementar su creatividad y hacer sus sueños en realidad.

 


- Cálculos de tiempo

¿Cuándo es la última vez que has calculado el tiempo que tomará en llevar una acción a cabo? ¿Con cuánto tiempo de anticipación tienes que salir de la casa para llegar a la reunión, a la cita, al trabajo? Entre las dos rutas que te proponen Waze, ¿cuál será verdaderamente la más rápida según el tráfico, la infraestructura misma o la hora del día? ¿Cuántos días antes debes dejar tu ropa en la lavandería para que tus prendas estén listas para el evento? ¿Cuántos episodios más puedes ver en Netflix antes de ponerte a hacer las tareas? todos son cálculos matemáticos. Llegamos a computar estas ecuaciones cientos de veces al día sin ni siquiera darnos cuenta.



-  En la cocina

​Encontraste la receta perfecta, pero es solo para cuatro personas y al final van a ser seis. ¿Qué hacer? ¡La matemática! Con unas simples sumas y restas, en un dos-por-tres podrás modificar las proporciones para tener el plato perfecto. Desde operaciones como convertir temperaturas de Fahrenheit a Celsius, calcular el tamaño del recipiente para hornear, manejar el tiempo de cocción, el acto de preparar la comida está lleno de ejemplos de matemáticas que hacen cualquier comida posible.



​- Montar bici

Más que sumar, restar, dividir y multiplicar, la matemática también se asocia con la lógica espacial. Incluso montar una bicicleta conlleva varias operaciones semi-numéricas. Primero, hay que encontrar el punto de equilibrio, y de allí navegar el espacio disponible entre las llantas, la vereda, la pista, los peatones y hasta la velocidad con la que avanzas. Al tomar en cuenta todos estos aspectos, puedes lograr un viaje a dos ruedas sumamente agradable.



​- En la tienda

Por lo menos una vez a la semana, y normalmente con más frecuencia, sales al supermercado, a la tienda, a la bodega, u otro local donde completas una transacción monetaria que implica el cambio de dinero. De compras, tienes que calcular el costo de los productos, el efectivo que traes a la mano, la línea de crédito disponible, el precio de la compra y el vuelto. Si bien es cierto que disponemos de tecnología básica para apoyarnos con esas transacciones, últimamente somos nosotros quienes estamos a cargo de manejar los gastos.

- En el jardín

Algunas personas tienen una afinidad natural al jardín, mientras que otros no tanto, y aunque no hace falta ser matemático para lograr un paisaje impresionante, igual es necesario manejar unos cálculos importantes para ser exitoso. Hay que tomar en cuenta el espacio que se debe observar entre cada semilla sembrada, la profundidad de la ubicación de las semillas, cuántos litros (o mililitros) de agua requieren sus plantas, cuántas horas al día necesitan sol o sombra y con cuánta frecuencia hay que introducir el abono, además de las cantidades exactas. Sin un balance entre estos factores, el trabajo se te puede complicar. Con un plan flexible y los números claros, cualquiera puede empezar a cultivar su huerto.




- Para ahorrar dinero

La mayoría de los expertos están de acuerdo en que, sin habilidades matemáticas fuertes, las personas tienden a invertir, ahorrar o gastar dinero en función de sus emociones. Aquellas personas con bajos fundamentos matemáticos suelen cometer errores financieros mayores, como subestimar la rapidez con que se acumula el interés. Una persona que comprende a fondo los conceptos de crecimiento exponencial e interés compuesto estará más inclinado a administrar mejor un préstamo, por ejemplo. El conocimiento financiero decae con el tiempo, por lo que es importante mantener involucrados a los jóvenes. Al mostrar continuamente cómo las lecciones de matemáticas específicas se aplican a situaciones financieras y presupuestos de la vida real, los niños pueden aprender a gastar y ahorrar su dinero sin temor ni frustración.













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